viernes, 20 de mayo de 2011

La Hipocondria...

El cuidado de nuestro cuerpo y las preocupaciones razonables por la salud son conductas adecuadas, sirven para prevenir diferentes enfermedades. Y, desde luego, cuando se padece realmente una enfermedad, son aún más adecuadas, siempre y cuando, sean proporcionadas a la enfermedad padecida. Lo que ocurre en la hipocondría es una desorbitada preocupación por padecer enfermedades que o no se tienen, o, teniéndolas, no justifican semejante preocupación. Las cavilaciones se basan en pequeñas sensaciones físicas vagas e imprecisas. Esta inmensa preocupación genera mucha angustia y suele llevar al descuido de diferentes actividades que la persona antes realizaba con normalidad -ej. abandono del trabajo, desatención a la vida de pareja por estar más centrado uno en sus propias sensaciones-.

Los componentes esenciales de la hipocondría se pueden dividir en tres formas de respuesta:

a) Cognitivos:


- preocupación por el propio cuerpo y por padecer diferentes enfermedades.
- rumiaciones sobre síntomas, salud y enfermedad y sus consecuencias
- autobservación excesiva de las funciones del cuerpo y tendencia a verlas como señal de enfermedad.
- más atención a las posibles consecuencias negativas, desoyendo los aspectos más saludables de uno mismo y de la vida.

b) Emocional-fisiológicos:

- ansiedad
- temores sin correspondencia con el peligro real
- cambios en el estado de ánimo

c) Conductuales:

- hablar a propios y extraños de las varias dolencias y síntomas.
- búsqueda de información en diferentes fuentes (enciclopedias, otros enfermos, familiares...).
- autoobservaciones repetidas y manipulación de diferentes partes del cuerpo para comprobaciones diversas.
- aumento de las visitas a médicos y especialistas, y deterioro de las relaciones con éstos.
- disminución de otras actividades sobretodo las de buena salud y aquellas que implican responsabilidad social o laboral.

Aunque la hipocondría como trastorno es independiente de la ansiedad y la depresión, muchas veces aparece junto a ellas. Esta coexistencia se explica por varios motivos. El tono de ánimo negativo hace que nos centremos más en nosotros mismos, lleva a interpretar sensaciones neutras como señales de peligro potencial de enfermedad, y vuelve más catastrofistas nuestras expectativas de padecer un enfermedad y lo que significaría padecerla. Además también se ve aumentada nuestra atención a aspectos negativos de la vida, entre ellos las enfermedades, y a recordar enfermedades que se padecieron o padecieron otras personas en el pasado. Y no hay que olvidar que las propias emociones negativas pueden generar síntomas físicos )(la ansiedad,por ejemplo, genera palpitaciones, sudores, temblores...) que pueden ser vistos como enfermedad física si se desconoce su origen, o, incluso pueden provocar problemas físicos reales (úlceras, psoriasis, cefaleas tensionales, hipertensión arterial, asma bronquial, etc...).

Entre los factores que facilitan el inicio de los cuadros de hipocondría, suelen citarse los siguientes:


1)Experiencias previas con efectos sensibilizadores(p.ej. conocimiento de errores médicos, familiares enfermos, padre hipocondríaco...) y factores de aprendizaje en relación al propio cuerpo (fundamentalmente costumbres sociales en la expresión emocional de la enfermedad y las reacciones a ella, capacidad amplificada para percibir las propias reacciones internas, y fallos en la forma de afrontar situaciones estresantes).

2) Formación de creencias erróneas sobre los síntomas, la salud y la enfermedad. Además de una atención selectiva a aspectos negativos y tendencia a confirmar estas creencias erróneas.

3) La presencia de un incidente crítico externo (muerte de un familiar, información sobre una enfermedad cuyos síntomas uno cree padecer) o interno (estado de ánimo negativo) suele activar estas creencias y comportamientos arriba señalados, desencadenándose así los componentes característicos de la hipocondría.

Una vez iniciada la hipocondría, hay otros factores que contribuyen a su mantenimiento, entre ellos:

- continuas visitas a los médicos y a especialistas, sin encontrarse causa física al problema, y sin explicación satisfactoria. Hay un grupo de pacientes hipocondríacos, sin embargo, que evitan sistemáicamente cualquier consulta o exploración médica por temor a que se les confirme la enfermedad temida.
- insistente búsqueda de información sobre enfermedades a partir de diferentes fuentes.
- rumiaciones sobre síntomas, salud y enfermedad y sus consecuencias.
- aparición de enfermedades reales que confirmen las creencias.
- la persona centra la mayor parte de su vida en la vivencia de estar enfermo.
- el abandono de interess y la falta de actividad llevan a atender más a las propias sensaciones.
- atención continuada a la persona y sus quejas por parte de sus conocidos.

En medicina esta enfermedad tiene un mala aceptación y entendimiento. La relación médico-paciente se va deteriorando. El paciente no está satisfecho con las explicaciones médicas que le dicen que no tiene ningún problema físico o que es un enfermo imaginario.

Desde el punto de vista psicológico, una vez comprobado que hay un buen estado de salud, el foco de tratamiento pasan a ser las preocupaciones por la salud y las emociones y conductas asociadas. Los medicamentos no son efectivos, salvo en la medida en que reducen la ansiedad o el desánimo.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Más Síntomas de Ansiedad...

Hay personas, tras documentarme y leer experiencias personales, que sufren diversos síntomas de ansiedad generalizada diferentes a los más típicos, ejemplos de ellos son;

- Ojos; llorosos, con picor, sensación de vista nublosa, "sensación de que los ojos se cruzan", presión detrás de los ojos, etc...

- Cabeza; presión en diferentes puntos de la cabeza, "sensación de pinchazos eléctricos", dolor, sentir la cabeza embotada, etc...

- Manos y brazos; picor, ardor, falta de movilidad, hormigueo, dolor, adormecimiento (más frecuentes), etc...

- Dedos de los pies y las manos; picor, dolores, pinchazos, etc

- Pelo;
caída del pelo.

- Boca; boca ardiente, boca seca, mandíbula descolocada producto de los nervios, etc..

- Oídos; pitidos, sensación de no escuchar bien.

Si has pasado por síntomas diferentes y te apatece compartirlos, envía un mail a nuestro correo o manda tu comentario.

Lucía ;)